Los aficionados al cine lo tienen claro: no hay nada como un proyector para llevar a casa la auténtica experiencia de recogerse en una sala para disfrutar de una gran película. Porque podríamos estar hablando durante horas y horas sobre las distintas tecnologías de panel utilizadas por los televisores modernos, pero ninguno de ellos puede transmitir la misma sensación de inmersión ni poseen pantallas de tamaño comparable.
Más aún, los proyectores modernos son increíblemente versátiles. Plenamente consciente de las limitaciones de los modelos antiguos, los fabricantes han trabajado con denuedo para reducir su tamaño y lograr un funcionamiento silencioso. Estos factores se han unido a otros derivados de su redescubierta popularidad en la oficina para dar pie a toda una nueva generación de proyectores que poco tienen que ver con los de antaño.
Como resultado de estos avances, la tecnología de proyección ha dado pie a todo tipo de modelos con prestaciones sumamente diversas, capaces de amoldarse a cualquier entorno de ocio o trabajo. Tanto es así que en ocasiones pueden suplir sin grandes complicaciones al clásico televisor. La clave reside en saber escoger el más adecuado a nuestras necesidades. Algo que, por otro lado, no es tan difícil como parece.
Uso profesional: batería propia y soporte para medios
La desaparición de las lámparas incandescentes en favor de la tecnología LED es uno de los grandes avances que han hecho posible la miniaturización de este tipo de dispositivos. Como resultado, no es difícil encontrarlos ahora en lugares y contextos donde antes ni siquiera tenían cabida.
Estudios de arquitectura y e interiorismo los utilizan habitualmente para realizar demostraciones más atractivas, pero últimamente no es inusual que muchos fotógrafos lleven su propio proyector en la mochila para mostrar sus trabajos in situ, por ejemplo en bodas y eventos de empresas. Las posibilidades son numerosas y los requisitos que debemos exigir a estos modelos están bien acotados.
En el caso de fotógrafos y representantes comerciales, conviene encontrar un dispositivo de características portátiles y que no requiera de alimentación externa. No siempre va a ser fácil encontrar un enchufe cerca de la superficie de proyección (incluso es posible que queramos realizarla en exteriores), por lo que resulta importante gozar de cierta autonomía.
Puede resultar interesante el PF50KS, que cuenta con una batería integrada de 2,5 horas y puede proyectar imágenes de hasta 100 pulgadas con resolución Full HD. De dimensiones compactas, cabe perfectamente en una bolsa y solo pesa un kilogramo, por lo que ponerlo a funcionar es tan fácil como sacarlo y conectar el portátil (o pendrive).
Si, por el contrario, pensamos en un uso de oficina, tal vez resulte más importante el tamaño de la sala y la vida útil de la lámpara que otros factores.
Asumiendo que la sala tenga espacio para colocar el aparato a cierta distancia de la pantalla de proyección, un modelo como el PF1500G puede resultar adecuado.
Su lámpara LED tiene una vida útil de 30.000 horas, por lo que carece de mantenimiento, mientras que su puerto USB no solo permite reproducir películas desde un pendrive, sino también documentos PowerPoint, Excel y Word sin necesidad de conectar un ordenador.
Si estamos hablando de una oficina especialmente pequeña o con una mesa que debe estar despejada la tecnología láser puede ser perfecta. Gracias a su muy reducida distancia de tiro, modelos como el HF85JG pueden proyectar imágenes de hasta 90 pulgadas a solo 8 centímetros de la pared.
Y sin sombras, puesto que están prácticamente pegados a la pared. Una vez finalizada la presentación, basta con devolver el proyector a su armario.
¿Quieres cambiar tu tele por un proyector? Distancia de tiro, brillo y conectividad como opciones a considerar
Como decíamos antes, cada vez más usuarios están redescubriendo las virtudes de los proyectores como opción doméstica. Sus ventajas frente al clásico televisor son evidentes. No requieren una instalación fija —aunque es posible fijarlos a una superficie si así se desea— y permiten plasmar imágenes de gran tamaño sobre cualquier pared.
Por este motivo muchas personas han optado por cambiar la tele del salón por un proyector o utilizarlo para convertir un cuarto vacío en una sala de entretenimiento.
Puesto que un domicilio típico suele tener abundante luz natural y no siempre resulta cómodo ir bajando y subiendo las persianas, es importante escoger un proyector que tenga una gran luminosidad, suficiente para gozar de una buena calidad de imagen con solo correr las cortinas y sin necesidad de apagar las luces. A partir de los 1.500 lúmenes ANSI ya estaríamos hablando de una luminosidad adecuada.
Otro factor a tener en cuenta es la disponibilidad de un sintonizador de televisión con funciones Smart TV. Hasta no hace mucho lo habitual era que muchos proyectores no incorporan su propio receptor, lo que limitaba sus posibilidades y restringía estrictamente su atractivo a los cinéfilos, pero todos los proyectores domésticos de LG integran un descodificador TDT. También son inteligentes.
Los HF80JS y HF85JS, por ejemplo, cuentan con la plataforma Smart TV webOS, ofreciendo acceso directo a todo un universo de aplicaciones y contenidos sin necesidad de dispositivos externos ni cables adicionales.
Por último, podemos señalar la necesidad de contar con abundantes opciones de conectividad. No hablamos ya del mirroring del teléfono móvil, que ya está extendido a toda la gama de proyectores LG, sino de la posibilidad de conectar equipos de audio potentes sin necesidad de llenarlo todo cables. En este caso resulta casi obligatorio decantarse por soluciones modernas como las barras de sonido y los equipos de audio envolvente Bluetooth.
Cine a tope y videojuegos: piensa en 4K
Todos los modelos que hemos mencionado hasta ahora demuestran que tópicos como la supuesta ausencia de resolución o brillo de los proyectores son solo eso, tópicos. Pero lo cierto es que sigue sin haber nada mejor que un televisor para poder disfrutar de contenidos a 4K… ¿O sí lo hay?
A pesar de que la inmensa mayoría de los proyectores tocan techo en la resolución Full HD, LG posiciona su modelo de mayor categoría como una propuesta para cinéfilos auténticos e irredentos, brindando soporte para 4K y funciones avanzadas hasta ahora solo disponibles en televisores de gama alta.
El proyector láser HU80KSW se caracteriza por ofrecer unas prestaciones que poco o nada tienen que envidiar a las de un televisor de gama alta, con una resolución efectiva de 3840 x 2160 píxeles y 2.500 lúmenes de brillo, lo que hace posible plasmar efectos de rango dinámico con soporte para HDR10, lo que supone una revolución dentro del segmento. Y con una superficie de proyección de hasta 150 pulgadas, no hay televisor a la venta que pueda equipararse en tamaño.
Por sus elevadas prestaciones, el LG HU80KSW es lo más parecido a tener una auténtica sala de cine en casa. Y sin embargo, no es necesario dedicarle toda una habitación. Su diseño resulta extraordinariamente portátil (de hecho, cuenta con su propia asa de transporte), por lo que es posible llevarlo de un lado a otro de la casa en función de las necesidades.
Se puede colocar en el suelo, sobre una mesita e incluso apuntando al techo, contemplando en cualquier caso la posibilidad de realizar una instalación tradicional en el techo para los más puristas.
Siendo un proyector que hace de una notable calidad de imagen su estandarte, el HU80KSW posee funciones de calibración avanzadas. Pese a ello, se trata de un producto intuitivo y que no requiere de la asistencia de un profesional como sucedía antiguamente, puesto que ajusta automáticamente la trapezoidal para evitar descompensaciones y cuenta con su propia guía de ajustes. Naturalmente, tampoco prescinde de funciones Smart TV basadas en webOS ni conexión con dispositivos Bluetooth y USB.
Basado en la tecnología láser, el LG HU80KSW marca además un punto y aparte con respecto a los antiguos proyectores domésticos de lámpara incandescente. No solo es mucho más brillante, haciendo posible ver la tele o disfrutar del mejor cine con luz diurna, sino que no tiene el menor impacto en la decoración de la estancia y su consumo es ínfimo.
Sea cual sea tu opción, el ahorro está asegurado
Y si ya hemos desterrado el mito de que los proyectores modernos ofrecen una resolución deficiente o no son luminosos, ahora es necesario alejar la leyenda sobre su consumo o su supuesto nivel de ruido. Porque esas percepciones también son cosa del pasado. Toda la gama de proyectores de LG es ecológica, económica de mantener y virtualmente inaudible, no en escasa medida porque no utilizan lámparas incandescentes.
Esencialmente iluminados por bombillas de altísima potencia, los proyectores antiguos eran pequeñas estufas que irradiaban un calor considerable, hasta el punto de que integraban ventiladores que podían llegar a ser ruidosos.
Ahora estamos hablando de avanzados sistemas LED y RGB, que no solo son mucho más pequeños y permiten crear proyectores de dimensiones compactas, sino que resultan muchísimo más eficientes y tienen requisitos de disipación comparativamente modestos. Dicho de otra forma, ya no emiten ese desagradable zumbido tan característico, lo que mejora considerablemente el disfrute de los contenidos.
Al mismo tiempo, son mucho más económicos de mantener. Tomemos por ejemplo el proyector láser HU80KSW. No solo ofrece un brillo destacado, suficiente para ofrecer compatibilidad con HDR10, sino que tiene una vida útil de 20.000 horas. Una lámpara incandescente debería ser cambiada en una fracción de ese tiempo. Y no son precisamente baratas. Con un consumo medio de cuatro horas diarias un proyector LED puede durar hasta 20 años, mientras que la tecnología láser brinda una longevidad de 15 años; muy superior a la de los propios estándares en cuestión de calidad de imagen.
A todo esto podemos añadir el hecho de que ni el LED ni el láser se atenúan de forma apreciable. Una lámpara incandescente reduce su brillo un 65% tras apenas 500 horas de uso y básicamente debe ser sustituida a las 1.000. Es eso o acostumbrarse a ver el proyector con las ventanas cerradas a cal y canto. Un proyector láser, sin embargo, mantiene su luminosidad prácticamente como el primer día.
Por último, el consumo de una lámpara LED o un sistema de proyección láser es mucho más eficiente y ecológico que la tecnología incandescente.
Un proyector LED de 2.000 lúmenes consume un 52% menos electricidad que un equivalente incandescente de 2.500 lúmenes, así que no solo se ahorra dinero al evitar la sustitución de las lámparas, sino que la factura de la luz es considerablemente más pequeña. Por si aún quedaba alguien que pensaba que los proyectores domésticos salían caros.
Imágenes | LG
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