El teléfono móvil se ha convertido en nuestro principal dispositivo. Pocos tienen dudas de la revolución que ha supuesto en nuestras vidas, pudiendo hacer con ellos muchas cosas que antes hacíamos con diferentes aparatos. Toda la industria de la electrónica de consumo ha trabajado para conseguir que sea el mejor gadget, el que más ha evolucionado en las dos últimas décadas.
Hay que reconocer que cualquier otro aparato electrónico que se nos ocurra, por mucho cariño que le tengamos, se ha quedado atrás en avances o se ha visto sobrepasado en funcionalidades por nuestros queridos terminales móviles: desde cámaras de fotos o vídeo, a reproductores de música, pasando por ordenadores y tablets, todos han sucumbido ante el poder del todopoderoso teléfono.
LG G8X ThinQ Smart phone Dual Screen
Si tuviéramos que elegir el componente más importante de un teléfono móvil, ese sería sin ninguna duda la pantalla, pieza no solo clave de una revolución en el consumo de contenidos en movilidad, sino también en la forma en la que interactuamos con un dispositivo. Pero los avances no siempre han ido en una misma dirección: hemos vivido muchas curvas hasta la llegada del concepto smartphone, así que tenemos que estar abiertos ante las innovaciones que nos depara el mercado.
El crecimiento como clave del éxito
En los primeros años de telefonía móvil, las pantallas eran mínimas en cuanto a tamaño, sin ningún tipo de interacción ya que únicamente mostraban información. Las primeras mejoras llegaban con el aumento de la resolución y la incorporación del color. Se daba mayor importancia a que el tamaño del dispositivo fuera lo más reducido posible, por lo que los fabricantes no se volvían locos por introducir pantallas mayores.
No tardaron en llegar las pantallas táctiles, inicialmente resistivas (con punteros) y luego capacitivas, que podíamos usar con los dedos. La capacidad de poder interactuar con el teléfono sin botones propició que los cambios de diseño estuvieran enfocados en eliminar elementos superfluos y dejar todo el espacio posible a la pantalla, que no paraba de crecer.
El nacimiento del “teléfono inteligente” hizo que los sistemas operativos se tuvieran que adaptarse a las grandes pantallas, con aplicaciones que eran capaces de aprovechar esas dimensiones, convirtiendo al mismo tiempo al teléfono en un dispositivo ideal para consumir contenidos multimedia. Las pantallas comenzaban a ser perfectas para jugar y ver vídeo, como películas, series, o vídeos grabados con los propios móviles.
Para ofrecer más: dos pantallas mejor que una
En esa situación nos encontramos ahora mismo, con pantallas impresionantes en tamaño, resolución y calidad, que ocupan prácticamente todo el frontal del teléfono. Los gestos táctiles y el diseño de las aplicaciones nos hacen la vida más fácil, tanto que nos llega a resultar incómodo hacer las mismas tareas en otros dispositivos.
¿El siguiente paso en esta evolución? Se está avanzando en diferentes caminos que nos ayuden a tener más pantalla sin tener que llevar una tablet encima. La realidad es que unos son más experimentales que otros, desde pantallas que se doblan (todavía muy frágiles) a pantallas modulares que nos permiten extender el tamaño original. Teléfonos como el LG G8X son los mejores exponentes de esta segunda tendencia.
Imagina tener un teléfono móvil actual, con el máximo nivel de tecnología, al que le podemos añadir una segunda pantalla. Sin perder todo lo bueno y contrastado que nos ofrece un dispositivo convencional, LG ha ideado una pantalla en forma de accesorio, que podemos colocar o quitar a nuestro antojo: eso es Dual Screen.
Pero no solo se trata de tener más pulgadas de información —que ya de por sí es una gran ventaja—, también conseguimos nuevos métodos de interacción entre pantallas: en una tenemos el control, en otra se representa la información. Es importante conocer que ambas pantallas son táctiles y con una calidad similar.
Otro detalle que debemos conocer es que Dual Screen es un accesorio que proporciona una forma cómoda de llevar las dos pantallas, ya que se pliega sobre el teléfono, sin que ocupe mucho más espacio. Es además una manera de proteger ambas pantallas y, a la vez, tener un soporte para colocar el teléfono para visualizar contenidos cómodamente.
Dual Screen en acción: haz más cosas al mismo tiempo
Sobre el papel suena muy interesante, pero lo es mucho más cuando comprobamos en la práctica lo que es capaz de hacer un sistema como Dual Screen. El principal beneficio lo vamos a encontrar en la multitarea, con cada una de las pantallas dedicada a una función diferente.
Existen un buen puñado de ejemplos interesantes con el concepto de multitarea en dos pantallas, como poder ver un programa de televisión en una pantalla mientras en la segunda estamos tuiteando sobre el mismo, o ver un vídeo musical en YouTube mientras leemos la letra en la otra pantalla.
Aprovechando que el sistema Dual Screen nos hace las veces de soporte, es posible tener una pantalla mirando hacia donde nosotros estamos, y otra hacia el lado opuesto. Piensa en estar viendo una receta mientras al otro lado se está reproduciendo una serie de dibujos animados para los más pequeños de la casa.
No notaremos diferencias de calidad entre pantallas, las dos son iguales en el LG G8X, confeccionadas con tecnología OLED y unas dimensiones de 6,4 pulgadas. La pantalla extendida nos ofrece un espacio para trabajo y ocio de 12,8 pulgadas.
El LG G8X no se contenta solo con este sistema de doble pantalla: Dual Screen ofrece una pantalla auxiliar de 2,1 pulgadas para notificaciones que se mantendrá visible cuando tengamos el conjunto cerrado.
Transformación en consola portátil
Tal y como suena, puedes convertir una de las dos pantallas en un pad de control personalizable. La principal ventaja está en que mientras disfrutas del juego a toda pantalla, no tenemos los dedos sobre ella, permitiendo una mejor experiencia de juego.
Debemos conocer que el LG G8X es un teléfono muy potente, poder mover las dos pantallas no es un reto para un cerebro tan potente como es el Snapdragon 855, que se encuentra bien acompañado por 6GB de RAM y 128GB para almacenamiento.
Tan cómodo como un teclado de ordenador
Si siempre te ha molestado el teclado sobre la aplicación, imagina poder tenerlo en otra pantalla, a tamaño completo. Como podéis comprobar en las imágenes, es posible colocar el teléfono como si un pequeño ordenador portátil se tratara, con una postura más cómoda para la utilización del teclado.
Así, el teclado LG Smart te ofrece una pantalla completa para que escribir correos electrónicos, leer los mensajes, navegar por la web, o chatear con otra persona con la máxima comodidad.
Videollamadas con Dual Screen
Cada vez utilizamos más las videollamadas, por lo que somos conscientes de lo incómodo que es tener que repartir la pantalla entre el espacio de visualización de las diferentes personas involucradas en la comunicación.
Al conectar Dual Screen con nuestro LG G8X podemos conseguir que las transmisiones sean más naturales, ya que es posible ver a la otra persona a tamaño completo, al tiempo que nosotros nos vemos en la segunda pantalla.
La fotografía en otro nivel de comodidad
El LG G8X es un teléfono sobresaliente en su apartado fotográfico, con una doble cámara que apuesta por una visión angular que marca las diferencias, además de presentar una cámara para selfies espectacular, con 32 megapíxeles.
Pero todo esta tecnología sube un peldaño en usabilidad al entrar Dual Screen en escena. Puedes ver cómo queda la aplicación de un filtro a una imagen que vas a tomar en la segunda pantalla, en tiempo real.
También puedes utilizar la segunda pantalla como método de visión en tomas creativas o selfies: con el modo Espejo podemos cambiar el ángulo de la cámara y seguir viendo lo que estamos fotografiando en la segunda pantalla.
En el LG G8X nos encontramos con infinitas posibilidades con la introducción del sistema Dual Screen, especialmente en el apartado del ocio, pero también en nuestra productividad diaria: dos pantallas para conseguir hacer más cosas al mismo tiempo, de forma más cómoda.