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La certificación es imprescindible en los productos tecnológicos. Es la forma que tienen los clientes de poder comparar dos propuestas de forma fiable y objetiva, ya que estos sellos provienen de empresas independientes. Con la llegada del estándar 8K de la Asociación de Tecnología del Consumidor (CTA, Consumer Technology Association) nos preguntamos: ¿qué ha de cumplir un televisor para añadir el logo ‘8K ULTRA HD™’ a sus certificados previos?

Realizamos un repaso por las especificaciones clave e imprescindibles que han de superar estos televisores para poder usar este logo, tales como la resolución, el número de píxeles, el número y tecnología de las entradas digitales, cómo escalan vídeos de menor resolución o qué profundidad de color (medidas en bits) tienen. Iremos comparando punto por punto con los televisores OLED de LG.

El parámetro que primero nos viene a la mente al hablar de calidad de imagen son los píxeles que caben en la pantalla. Esto es, la resolución. Si el 4K se caracteriza por disponer de 2160p, el 8K certificado por la CTA exige al menos 7680 píxeles horizontales y 4320 píxeles verticales, así como al menos 33 millones de píxeles activos.

Lo cierto es que era algo esperado. En publicaciones previas, de inicios de 2019, LG ya comentaba que la resolución 8K partía de “imágenes compuestas por hasta 33 millones de píxeles”. En la IFA de Berlín LG presentó el primer televisor del mundo OLED 8K, convirtiéndose en el primer fabricante en superar las exigencias actuales de la CTA y por tanto los primeros en presentar un televisor 8K real.

A esta demanda en número mínimo de píxeles se añade que cada uno de “los píxeles físicos han de ser direccionable individualmente”. En otras palabras, cada píxel ha de tener su propio control vertical y horizontal, y ha de poder modular su contraste de forma independiente. Como si se tratase de una diminuta pantalla de 1×1 píxeles.

Además, si la CTA exige un mínimo de modulación de contraste (CM) por píxel del 50%, la tecnología OLED de LG alcanza el 92%, superando con creces el estándar internacional. La tecnología NanoCell alcanza el 88%. Esto permite, a su vez, que los colores negros sean capaces de brillar sin distorsionar su color, posicionando OLED como una tecnología única en el mercado.

El modo en que un televisor 8K escala un vídeo de 720p

Una de las mayores preocupaciones de los compradores es cómo se verá una película grabada originalmente a 1920p, o incluso 720p, en un televisor 8K. Porque si la tecnología pasa por asignar 2, 3 o 4 píxeles a cada píxel original, el escalado consistirá en una mera operación matemática que multiplique la señal, pero la calidad de la misma será baja al verse pixelado el vídeo.

El contenido 4K cada vez tiene más peso en las películas y series a medida que el 2K (1080p) va perdiendo relevancia. El contenido 8K empieza a despegar y tiene mucho futuro por delante. De hecho, un gran número de producciones de cine tienen su máster en 8K, por lo que las películas podrían ser remasterizadas para estos nuevos televisores.

A las que no lo sean les tocará que ser reescaladas por nuestro televisor 8K, y es importante que se haga de modo correcto. Los televisores LG OLED 8K escalan el vídeo, pero en esta up-conversion también añaden información al film y —que nos perdonen los puristas de la imagen por la expresión— liman bajas resoluciones gracias a un proceso inteligente derivado de usar Inteligencia Artificial en dicha conversión. El procesador Alpha 9 Gen.2 8K tiene un gran papel en este aspecto, así como en el siguiente.

Al menos un puerto HDMI, y de calidad

Los puertos HDMI son un elemento indispensable para lograr el sello ‘8K ULTRA HD™’, y es que la calidad de este puerto puede determinar la calidad de visionado de elementos conectados tales como ordenadores, videoconsolas y otros. Así, para la CTA ha de haber al menos un puerto HDMI 2.1 que cumpla con una serie de condiciones bastante restrictivas:

● Una resolución de 7680×4320 píxeles, para que la máxima resolución del televisor no se vea comprometida por una entrada externa.

● Profundidad de 10-bits y tasas de refresco de 25 a 50 fps. Las pantallas LG OLED 8K se encuentran en 50 fps y 10-bits, el máximo. De la profundidad de bits hablaremos más abajo.

● Escaneo progresivo, que se trata de un método de exploración secuencial de una imagen que evita, entre otros, parpadeos o saltos de imagen.

● Ratios de refresco fraccionales a 1000/1001, lo que permite que no haya interferencias entre la señal que envía el color y la que envía el sonido.

Hay otras especificaciones algo más complejas de sintetizar de un modo divulgativa tales como la transferencia HDR mediante el protocolo ITU-R BT.2100, que determina unos valores determinados para algunos parámetros de imagen orientados a la gama dinámica y la colorimetría de luminancia no constante mediante señales Y’C’BC’R, o que el puerto HDMI soporte el estándar HDCP 2.2. Son aspectos bastante técnicos, pero los televisores LG OLED los superan todos.

Como podemos observar buena parte de los requisitos previos para el estándar ‘8K ULTRA HD™’ se basa en otros estándares previos del mercado, a los que la CTA considera básicos. Un mínimo sobre el que construir. A medida que aparecen nuevas tecnologías, algunas incluso disputándose cómo será el futuro de los televisores, es conveniente que surjan estas reglas mínimas a seguir. De otro modo el comprador no sabe en qué invertir con objetividad.

Profundidad de color y renderizado mínimo

Aunque hemos tocado de forma tangencial la profundidad de bits en el apartado de arriba, junto al HDMI, lo cierto es que para que un contenido externo (un videojuego, por ejemplo) pueda enviar una señal a esta profundidad, es necesario que el televisor pueda renderizar a 10-bits, cosa que los LG OLED 8K pueden hacer. Pero, antes de entrar en el número de bits conviene saber qué son. Usemos para ello un ejemplo.

Las dos fotografías de arriba, cuya ampliación podemos ver superpuesta algo más abajo, muestran dos espacios de color diferentes. A la izquierda tenemos uno de 10 bits. A la derecha uno antiguo, de 8 bits. Esto significa que la fotografía de la derecha ha sido proyectada haciendo uso de una paleta de colores mucho más limitada. Que un televisor use 10-bits en lugar de 8-bits implica que su gama de color es 64 veces superior.

Podemos observar en las inmediaciones de la Luna como en la imagen de la derecha casi podemos apreciar circunferencias concéntricas que no existen cuando miramos hacia arriba con nuestros ojos. A la izquierda los colores son mucho más graduales y reales; y es que al aumentar el espacio de color se gana realismo y se eliminan zonas difuminadas. Y, al revés, al perder espacio de color todas las imágenes se simplifican.

Estas simplificaciones se acentúan en pantallas grandes y de mayor calidad, por lo que la CTA ha puesto como condición indispensable que el 8K pase directamente por los 10-bits de profundidad. LG lo consigue en sus OLED sacando partido al HDR10 y el espacio de color Rec. 2020.

Como hemos podido comprobar, punto por punto, es que los televisores LG OLED cumplen todas y cada una de las estrictas exigencias mínimas de la CTA. Asimismo, esta marca fue la primera en presentar un televisor 8K real si tenemos en cuenta todas estas especificaciones que ahora se han vuelto un estándar.

Imágenes | LG, Guzmán Barquín