¿Puede un profesional trabajar desde su teléfono? Posiblemente muchos de nosotros nos hayamos preguntado qué parte del trabajo podríamos desarrollar usando únicamente un terminal móvil. ¿Hasta dónde llega esta tecnología? En mi caso lo hice hace un par de semanas, y he pasado un tiempo usando un teléfono con pantalla doble para exprimir sus capacidades.
¿El resumen? El LG G8X aprueba en hojas de cálculo, editores de texto, uso fragmentado del espacio de trabajo y desde luego portabilidad… pero sin renunciar a la autonomía de la batería. Y esto último creo que es importante para todo tipo de usuario, que demanda ante todo poder realizar todo tipo de operación con el smartphone.
LG G8X ThinQ Smart phone Dual Screen
Poder mantener dos aplicaciones abiertas
Empecemos por una breve descripción del dispositivo probado. El LG G8X ThinQ Dual Screen es un smartphone que pliega dos pantallas OLED de 6,4” en el espacio de una de ellas. Unido mediante una bisagra, esta estructura permite desacoplar la pantalla principal para su uso independiente, aunque alcanza la máxima eficiencia combinando ambas en paralelo.
Este “libro” puede rotar hasta los 360º, momento en el cual la pantalla secundaria se apaga. Probablemente lo que más destaca al inicio es la posibilidad de usar dos aplicaciones en paralelo sin necesidad de cambiar de vista o cerrar una de las dos. La pantalla extendida es sin duda su punto fuerte, y buena parte de las utilidades que hemos ido comprobando nacen de ello.
Uno de los primeros usos que le he dado ha sido el de compartir noticias en las redes sociales sin necesidad de tener que elegir entre Pocket o Twitter. En la fotografía de abajo (que por cierto está tomada a contraluz, punto a favor para el brillo del LG G8X) se puede ver cómo se puede hacer scroll en ambas aplicaciones, pudiendo responder las redes sociales o leyendo al mismo tiempo.
Se observa cómo cada una de las pantallas tiene sus propias opciones representadas por los botones inferiores, pudiendo gestionarse de forma totalmente independiente; y destaca la posibilidad de intercambiar las pantallas entre sí, apagar una de las dos o extender la pantalla. Combinaciones sencillas pero, como veremos, posibilidades ilimitadas.
Convertir cualquier espacio en una oficina
Hace una semana estaba de invitado en casa de unos familiares y me llegaron un par de correos que requerían mi atención. El factor común de ambos era nuevo trabajo llegando a la bandeja de entrada. Dinero, vaya. Un cliente me pedía la edición de un artículo que ya había escrito pero que buscaba ampliar con nuevas fuentes (abajo); y un cliente potencial me ofrecía una oferta (más abajo).
En la fotografía superior puede verse una improvisada mesa hecha con estanterías. Un pequeño hueco de tranquilidad en la cocina aislado del evento que tenía lugar en el salón, que es donde mis familiares tienen el ordenador. Con un despliegue modesto (un teclado inalámbrico) convertí las dos pantallas del LG G8X en dos pantallas efectivas donde poder leer y escribir con facilidad.
Para este caso usé el editor de Google Drive y varias hojas de Microsoft Excel que iba descargando. El teléfono lo soportó sin problema. La mitad de una de ellas también habría podido ser el teclado, pero para este caso quería echar mano de datos oficiales en Excel y resultaba más fácil usar el terminal como si de un portátil doble se tratara. Uno en el que poder hacer clic con facilidad.
Horas más tarde recibí el segundo correo, esta vez un potencial cliente interesado en la redacción de fichas de producto en la web de Amazon España usando como plantilla el texto en mandarín. En la fotografía se me ve redactando con un lapicero el email de respuesta sobre la pantalla principal, y usando la segunda pantalla para hacer pequeñas búsquedas de traducción puntual.
Pongo el ejemplo por dos motivos. El primero es que ambas pantallas admiten con calidad el lapicero táctil más barato que he sido capaz de encontrar. Tengamos presente que estaba dibujando caracteres chinos (hanzi), que son bastante más complejos y variados que los caracteres que vemos en el QWERTY.
El segundo poner de manifiesto cómo una pantalla puede dar soporte a la segunda. Una traducción inglés-español mientras leemos en inglés, el enfoque que buscamos usando un ejemplo mientras hacemos una fotografía, unos apuntes mientras redactamos un resumen, etc. Las posibilidades son ilimitadas.
Dos pantallas, ¿tres aplicaciones? Multitasking de verdad
Si dos aplicaciones son útiles, tres lo son aún más. Es como haber comprimido la potencia de un ordenador en dos pantallas plegables que caben en bolsillo, al menos en lo que a domótica y multitasking se refiere.
Dos días después de aquello estaba en casa de mis padres y me encontré en la tesitura de tener que comprobar un par de hojas de cálculo con la contabilidad de un pequeño proyecto de inversión. Quería saber si me interesaba aprovechar un nuevo proyecto cuyo plazo expiraba en unas horas, y no quería que bailase ninguna cifra. Por fortuna para mí, el LG G8X puede abrir tres aplicaciones en paralelo tal y como se muestra en esta captura:
La imagen de arriba enseña una pantalla partida a la mitad en la pantalla principal, y una calculadora en la auxiliar. Podría haber sido justo al revés, o haberse mostrado el Excel junto a la calculadora mientras dejamos la otra hoja de cálculo en la otra pestaña. También habría sido posible colocar el móvil en horizontal, quedando una de las pantallas dividida en vertical.
Hay que admitir que las hojas de cálculo y los dispositivos móviles no se han llevado precisamente bien en el pasado, y que es evidente que esto ha cambiado. Yo pude realizar cálculos a la vez que cotejaba información de dos hojas de cálculo ubicadas en diferentes plataformas, y sin cerrar ninguna.
Creo que todos apreciamos el potencial de que algo así sea posible. Y ojo, que no tienen por qué ser hojas de cálculo ni calculadoras: varias fuentes y un editor de texto, herramientas de análisis mientras completamos un informe, periódicos y redes sociales, y un largo etcétera de posibilidades.
El ocio digital: imprescindible
Algunos somos de libros y de almacenar decenas o cientos de libros en el smartphone. Otros prefieren disfrutar de las series en su terminal, y los hay que usan el móvil para jugar a videojuegos. ¿Cómo se comporta este terminal de cara a los ratos libres y no necesariamente productivos?
Lectura. La imagen de abajo muestra las librerías de Kindle (pantalla izquierda) o Google Books (derecha). La pantalla de 6,4″ permite leer con facilidad cualquier libro, al que además podemos aumentar el tamaño de la letra. Colocado en horizontal podremos disfrutar de líneas más largas.
¿Qué sentido tiene una segunda pantalla para leer? En mi caso, muy personal, leo divulgación, textos técnicos o papers con frecuencia. Sobre ellos tomo apuntes o me guardo referencias de lectura. El poder traducir con un clic, administrar lo copiado sin tener que cerrar el libro o tomar notas en la segunda pantalla, supone una diferencia considerable con otros terminales.
Reproducción de vídeo e imagen. La pantalla OLED se comporta muy bien en relación a este ámbito. Si somos de recorrer fotografías de Instagram o de descargar series en Netflix, encontraremos un modelo con bastante brillo de pantalla.
Videojuegos. Uno de los puntos claves de la doble pantalla respecto a los videojuegos es el game pad «inferior» que podremos desbloquear para algunos juegos. Como puede verse en el vídeo de arriba, que muestra el juego Brawl Stars, la segunda pantalla hace las veces de mando.
¿Qué otras posibilidades ofrece?
Una vez que soy consciente de lo que puede hacer el LG G8X me veo capaz de imaginar otros usos que no sean los míos. Por ejemplo, podemos usar el formato libro para sujetar el móvil sobre una superficie mientras hacemos vídeos, lo que facilita mucho las grabaciones con marco fijo.
Otro ejemplo es el de realizar videollamadas al tiempo que revisamos un email, una hoja de cálculo o cualquier otro tipo de contenido, sin necesidad de cerrar la pestaña con nuestro interlocutor. Una tercera idea es planificar un viaje sobre el mapa en una pantalla mientras que en la otra revisamos los precios del transporte y hoteles, pudiendo cambiar fácilmente de ruta sin perder el hilo.
Volvemos al tema de las posibilidades. Hace un par de semanas no habría sabido por qué un smartphone con doble pantalla iba a ser mejor o más útil que uno clásico. Ahora se ha convertido en una herramienta que no sabía que necesitaba, una situación muy parecida a aquella que viví al pasar de un móvil antiguo a uno con pantalla. Soluciona problemas, aporta posibilidades.
Imágenes | Redacción