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Fue hace apenas tres años, una batalla más sonada que un final de temporada en ‘Juego de Tronos’. ¿Nadie se acuerda? Que si el vídeo vertical es el bueno porque se puede tomar con una sola mano y es ideal para retratos, que si el vídeo horizontal es el formato natural y el resto es una atrocidad y un atentado contra el buen gusto.

¿Quién ganó aquella guerra? ¿Qué elementos propiciaron la victoria? De esto mismo vamos a hablar, porque aún queda mucho debate abierto y un par de apuntes que quizá hemos ignorado todo este tiempo.

No, no es mejor el vídeo vertical

Un poco parcialistas, vamos a empezar con la sentencia: el vídeo vertical no es mejor. Tal vez ofrezca una serie de contingencias diferentes, que comentaremos después pero, en esencia, se trata de una perspectiva artificial de entender el espacio que nos rodea.

Porque nuestra visión es horizontal. Esta es la razón por la que la industria del cine apuesta por el formato panorámico, o la razón por la que televisores y portátiles amplían su angular de visión, a la vez que reducen su marco. Para entenderlo un poco mejor aquí, dentro vídeo:

El cliente siempre tiene razón

Y es que la historia del vídeo vertical es, cuanto menos, curiosa. Un viejo informe de MOVR constató que usamos el móvil en posición vertical un 94% de las veces. De igual manera, el contenido horizontal se consume en formato vertical cada vez más veces: de un 5% en 2010 hasta el 30% actual.

Snapchat afirma que la tasa de visualización de sus anuncios es hasta nueve veces más popular en vertical que en formato horizontal. Llegamos a 2016 y estalla la burbuja del vídeo cuadrado. Se expande en todas direcciones, presionando hasta la actualidad: Facebook publica vídeos verticales sin bordes negros. Instagram hace lo mismo. Snapchat hace lo mismo. Twitter hace lo mismo. Vine dijo que en vertical te lo pasarías mejor —aunque al final fuese cuadrado y la plataforma acabase desapareciendo—. Hasta Youtube, donde se da el meollo de la cuestión, la versión de Android oculta los bordes negros cuando se usa el dispositivo en posición vertical.

Entonces los espacios de comercialización empieza a apostar por esa proporción ‘2:3’: Instagram asevera que el formato cuadrado es su hogar nativo, Snapchat afirma que la tasa de visualización de sus anuncios es hasta nueve veces más popular en vertical que en formato horizontal. ¿Alguna conclusión?

A vueltas con el móvil

Sí, que el público es perezoso. ¿Se puede ver un poco peor? Tal vez, pero es más inmediato.

Y andar girando el teléfono implica usar las dos manos. ¿Para qué marear al teléfono si puedes ver lo mismo, aunque un poco peor, sin mover ni un músculo? Como concluyó Farhad Manjoo para su estudio en New York Times, es más incómodo andar cambiando 90 grados que simplemente perder una porción de vídeo. ¡Ni que fuera un crimen!

No, por supuesto que no es un crimen. Las voces que gritaban en contra del vídeo vertical han entendido que este formato también aporta una serie de funcionalidades extra. Como, por ejemplo… está bien: realmente no hay ninguna feature adicional por ver el vídeo en vertical.

Las posibilidades de pensar en horizontal

Por contra, el vídeo horizontal sí que cuenta con un buen puñado de opciones extra. Comencemos por la más obvia, el famoso “camera roll”, que no es otra cosa que aprovechar una franja de pantalla a la izquierda que nos muestra las últimas fotos realizadas.

¿Qué es lo primero que haces cuando disparas una foto? Efectivamente: ver qué tal ha quedado

Y, si nos fijamos en las tendencias de uso, este accesorio es clave. ¿Qué es lo primero que haces cuando disparas una foto? Efectivamente: ver qué tal ha quedado. Aplicaciones como VSCO o la propia galería de nuestra cámara muestran más imágenes en pantalla, afilando más los márgenes entre fotos.

Si nos fijamos en la fotografía superior podemos ver cómo se aprovecha este espacio con ingenio a través de un LG G6. Al citado camera rollpodemos añadir el Guide Shot, el cual permite captar distintas imágenes con la misma composición. Esta es una herencia de los editores fotográficos de escritorio, pero adaptado directamente a la pantalla de tu smartphone: una imagen sirve como molde sobre la que vamos superponiendo diferentes filtros.

Por otro lado tendríamos el Grid Shot, el típico «modo collage» de cuatro imágenes. Al usar la pantalla horizontal tendremos espacio para ir viendo qué tal va quedando.

El Match Shot parte de una filosofía similar: hacer dos fotos y poder alinearlas, para crear interesantes composiciones entre distintos elementos de geometría similar, crear efectos espejo o comparativas —muy comunes los clásicos «antes VS después»—.

Para disfrutar del vídeo en 360 grados no hay dos formatos válidos: necesitamos usar el móvil en posición horizontal

Y qué decir del vídeo en 360 grados. Google apostó por esta feature hacia mediados de 2016 y, desde entonces, los usuarios pueden subir a Youtube contenido en 360°. Como es lógico, este formato imita la forma que tenemos de ver el mundo: es decir, horizontalmente. No en vano, Snapchat lanzó sus propias gafas de captura circular alegando que, esta batalla, no la deberían ganar ni el formato vertical ni el horizontal, sino el que más se parezca al ojo.

Un añadido que también se dejó caer en Facebook. Y la red social de Mark Elliot Zuckerberg no gastó 2.000 millones de dólares en comprar Oculus VR sólo para dejar de lado esta funcionalidad. Tampoco nos olvidemos del proyecto ‘Daydream’ de Google, la entrada de la empresa en la realidad aumentada y virtual a través de nuestros terminales, siempre y cuando sean compatibles.

Un mercado en constante cambio

Si algo ha demostrado reiteradas veces la industria móvil es que conviene no dar nada por seguro. El vídeo vertical se impuso como estándar propiciado por un mercado, el chino, y una plataforma, WeChat. Esta plataforma inteligente integra mapas, un montón de servicios, y los tradicionales chats copados de emojis e imágenes recién tomadas. Hablar de WeChat en China es hablar del 28% del tráfico general en todo el país.

Los amantes del cine ganamos bastante cuando el estándar viró del 4:3 al 16:9

Los amantes del cine ganamos bastante cuando el estándar viró del 4:3 al 16:9, más aún cuando algunos directores apuestan por el formato anamórfico (2:35:1). Una relación de aspecto que nos mostraba más mundo pero, a su vez, nos invitaba a concentrar la atención en el centro del objeto que el director quería mostrar.

Y, mientras en los mercados audiovisuales el ecosistema se volvía cada vez más y más horizontal, en los móviles tuvimos que convivir con los dichosos cajones (letterbox) adaptados con fortuna dispar.

Series como House of Cards o Stranger Things apuesta por la relación de aspecto 18:9, conocida como Univisium

El propio LG L6 apuesta por una relación 18:9 (2:1), también conocido como Univisium. Su creador y ganador de tres Oscar, Vittorio Storaroconsidera este ratio «más natural». Si eres de ver Netflix en el móvil tienes suerte: series como House of Cards o Stranger Things se han rodado en esta relación.

Este teléfono se beneficia del ratio el ratio 18:9, frente al tradicional 16:9, gracias a su resolución de pantalla: 5,7 pulgadas y 2880x1440p. Es decir, un aumento de píxeles en el eje vertical —el formato QHD típico sería 2560x1440p— que redunda en una mayor calidad de imagen.

La cámara del móvil

Vayamos al núcleo del asunto: la cámara. Es algo que siempre se dice: no existe buena cámara, sino buen fotógrafo. Pero tomar las mejores fotos —y vídeos, el G6 es capaz de grabar en formato 4K a 30 imágenes por segundo— pasa por conocer a fondo el equipo que tenemos.

Es aquí donde hay que mirar: ¿qué puede ofrecerme la cámara de mi móvil y qué me estoy perdiendo? Pista: mucho. Grabar en vertical significa desaprovechar las bondades del móvil. Sólo hay que fijarse en la cámara del citado LG G6: cuenta con dos sensores de 13 megapíxeles, uno con captura de 71° y otro gran angular con captura de 125°, con zoom óptico 2X.

El formato horizontal no es sólo el más connatural, sino la forma lógica de consumir el audiovisual en nuestros gadgets

¿En qué redunda esta capacidad? En la posibilidad de grabar un horizonte amplio, bien definido y contrastado, algo que agradeceremos cuando queramos escenas a ras de suelo o tomar las clásicas panorámicas. La cámara frontal tampoco se queda atrás, contando con un gran angular con captura de 100 grados.

Un director de cine y televisión jamás se plantearía grabar en formato vertical de manera natural. Por supuesto, existe cine en formato 4:3. ‘Elephant’, de Gus Van Sant, aspiraba a captar esa apariencia de vídeo doméstico de los 90. ‘Fish Tank’, de Andrea Arnold, quería diseñar un retrato intimista, como el ‘Ida’ de Paweł Pawlikowski, que atendía a un deseo artístico de usar una imagen limpia y directa, sin travellings, más cercana a la fotografía antigua.

Pero salvo estos casos de excepción, el formato horizontal no es sólo el más connatural, sino la forma lógica de consumir el audiovisual en nuestros gadgets. Como dijo Tarantino, a propósito de su rodaje en 70mm de ‘Los Odiosos Ocho’ «las grandes panorámicas te permiten sentir el escenario en su magnitud, pero también acercarte e invadir la intimidad de los personajes».