Siempre encendidos, siempre disponibles, los frigoríficos consumen aproximadamente el 40 % de la electricidad del hogar. Son, junto a la lavadora, el electrodoméstico de gama blanca con mayor demanda energética. Durante años se han buscado fórmulas para optimizar el consumo, desarrollando combinaciones y compartimentos para los alimentos de mayor recurrencia.
La realidad es que un combi A+ puede llegar a consumir exactamente el doble que un modelo A++. Bajo esta premisa, ¿realmente ahorramos comprando electrodomésticos ecoeficientes? ¿Es apreciable ese beneficio bajo el nuevo etiquetado?
La respuesta corta es “evidentemente”. Partiendo de un escenario de uso ideal, es decir, no instalando cerca una fuente de calor, cuidando que el frigorífico respire adecuadamente, realizando limpiezas periódicas y demás, se puede alcanzar un ahorro visible. Y más si vamos de la mano de la nueva gama de frigoríficos y lavadoras LG, cuyo nuevo etiquetado luce desde el 1 de marzo la máxima clasificación A en varios modelos.
Nueva etiqueta, reglamentos más estrictos
Pero antes de continuar debemos detenernos en el nuevo etiquetado energético de los electrodomésticos, cuya clasificación fue aprobada por la Comisión Europea el pasado marzo de 2019 y pasa de añadir “+” a favor de una nueva clasificación que va de la G (en rojo) hasta la A (la mejor certificación posible). Este nuevo etiquetado incorpora, además, un código QR con información adicional para que cualquier consumidor pueda tener una perspectiva más amplia del posible beneficio.
Desaparecen de esta escala, por tanto, las categorías A+, A++ y A+++, que pasarán a engrosar las filas B, C, D, aunque no existe una equivalencia directa. Pocos productos alcanzarán el nuevo estándar de excelencia, donde se premiará aquellos tecnológicamente más avanzados.
Este nuevo etiquetado parte como requisito obligatorio desde el 1 de marzo de 2021 en lavavajillas, lavadoras, lavasecadoras, frigoríficos, televisores y pantallas electrónicas; será obligatorio a partir del 1 de septiembre de 2021 para sistemas de iluminación, y hará lo propio en secadoras y sistemas de aire acondicionado a partir de 2022.
El nuevo pictograma no atiende únicamente al ahorro contante y sonante, sino también a las características intrínsecas del electrodoméstico. Entre ellas, el índice de agua consumida (medida en litros por ciclo), la capacidad de carga, la cantidad de ruido emitido (decibelios) y la cantidad de kilovatios necesarios para lograr la temperatura adecuada (kilovatios por hora o kWh), premiando así los programas ECO y aquellas alternativas que aprovechen al máximo cada vatio.
No en vano, el Santo Grial de los fabricantes reside en los pequeños gestos (cables que logren un menor desperdicio calórico, modos standby más eficientes) que contribuyan a alcanzar la máxima eficiencia energética y residuo cero.
A por la máxima categoría de ahorro energético
¿Y cómo se obtiene esta categoría? Los frigoríficos de LG cuentan con varias fortalezas que pasan por el compresor Inverter Linear Compressor, la tecnología Door Cooling con una cascada de aire que enfría un 32 % más rápido que otros modelos y cajones como el Fresh Balancer, que mantiene los niveles de temperatura y humedad estables, logrando que las frutas y verduras se conserven hasta un 20 % más frescas pasados 7 días.
También contribuyen a aumentar la eficiencia la puerta Instaview, que se ilumina al hacer toc-toc, y la doble puerta Door in Door para acceder más fácilmente a tus capichos, que reduce la pérdida de frío un 46,5 % al no tener que abrir la puerta por completo.
En un frigorífico, el compresor es el componente que mayor gasto energético acusa. Para reducir el consumo de este motor, LG recurre al compresor Inverter Linear, capaz de recortar el gasto energético un 59 % gracias a un control preciso de la temperatura, así como de disminuir el nivel de ruido un 7%. Es más silencioso al tener un menor número de componentes que los compresores convencionales y un único punto de fricción.
Además, cualquier usuario puede tener un control total del frigorífico desde cualquier lugar a través de la app ThinQ de LG y conectando el electrodoméstico a la red WiFi.
Basándonos en un plazo de 10 años de uso, elegiendo un frigorífico de categoría A en lugar de uno de categoría D, estaríamos ahorrando 755 € gracias a su mayor eficiencia energética. Son cálculos estimados atendiendo al marco teórico del precio de la energía en 2019 (0,239 € por kilovatio).
Lavar menos, lavar mejor
Sin embargo, en las lavadoras el ahorro puede darse por partida doble, ya que debemos tener en cuenta tanto el consumo energético como el gasto de agua. A mayor capacidad en la lavadora, menor cantidad de coladas y menor consumo de agua. Sumemos a ello las coladas controladas mediante ciclos inteligentes. Si saltamos de una lavadora de 7 kg de carga a una de 12 kg, podemos ahorrarnos una estimación de hasta 92 coladas al año, lo que supone 1404 litros de agua en ese período.
Las claves de las nuevas lavadoras y lavasecadoras LG son resultado de una audaz fórmula basada en un motor Inverter Direct Drive gestionado con inteligencia artificial. Este no solo minimiza la cantidad de agua necesaria, sino que su diseño –sin correas ni poleas– reduce el ruido en los momentos clave del centrifugado y ofrece mayor durabilidad.
El ruido siempre fue ese gran olvidado en la producción de electrodomésticos, hasta ahora: las últimas propuestas de LG alcanzan la categoría A en cuanto a niveles de contaminación sonora. Igualmente, la utilización de inteligencia artificial logra amortiguar el desgaste de las prendas hasta en un 18 %.
En su corazón, estas lavadoras recurren al vapor Steam+ cuya fórmula elimina el 99 % de las bacterias, alérgenos y ácaros de polvo, según un estudio de la The British Allergy Foundation. Asimismo, tal como avala otro estudio realizado en mayo del pasado año por la Jeonbuk National University de Seúl, su programa Allergy Care reduce en un 99,9 % la presencia del coronavirus humano.
En cuanto a la economía pura, si elegimos una lavadora o lavasecadora LG con eficiencia energética de clase A frente a una de clase E, nos estaremos ahorrando, en diez años unos 222 euros. Se trata de un ahorro logrado, en parte, gracias a la tecnología TurboWash360, cuyos ciclos de lavado dejan lista una colada en 39 minutos. En definitiva, la clase A supone un paso adelante en eficiencia energética, eficiencia de centrifugado y nivel sonoro.
Para ampliar información sobre el nuevo etiquetado energético, es posible consultar esta página que ha elaborado LG al respecto. Además, tenemos la oportunidad de calcular cuánto dinero podemos ahorrar en la factura de la luz mientras cuidamos el planeta en este otro enlace.