El mundo está dando un cambio radical en este 2020, con una palabra clave: teletrabajo. Nuevos hábitos laborales reemplazan a los anteriores, pero la cuestión es si ese reemplazo va a ser definitivo, o si poco a poco, la llamada «nueva normalidad» acarreará consigo una vuelta a lo conocido. Se trata todavía de una incógnita que depende, en gran medida, de la evolución de las próximas semanas, pero lo que sí es seguro es que se está priorizando el trabajo deslocalizado y que para muchas empresas supondrá, incluso, importantes beneficios de cara al futuro.
Para el empleado, por otra parte, supone un buen número de ventajas que solo son aprovechables si cuenta con una estructura organizada y una serie de límites y prioridades claramente establecidas. Y es que teletrabajo muchas veces se confunde con falta de horarios, difusión de las responsabilidades y estar disponible en casi cualquier momento del día.
Además, es esencial que contemos con un equipo que nos permita desarrollar nuestras tareas con fluidez y que contribuya a nuestra productividad en lugar de perjudicarla. Modelos de última generación como los portátiles LG gram, que se ha visto renovado en el 2020 con nuevos modelos con nuevo diseño y mejores especificaciones, cuentan con características que satisfacen buena parte de las demandas de los usuarios de este tipo de dispositivo: hasta 21 horas de autonomía y menos de 1 kilogramo de peso.
A esto hay que sumarle características técnicas como: procesadores de última generación Intel Core 10th Gen., memoria RAM DDR4 o almacenamiento M.2 NVMe, capaces de poder con cualquier software que se ponga por delante., además de contar con certificación militar MIL-STD-810G que garantiza una durabilidad y resistencia únicas.
Disponible en varios tamaños (17, 15.6 y 14 pulgadas) con líneas suaves y de diseño minimalista, el modelo de 14 pulgadas es también convertible y cuenta con pantalla táctil Full HD IPS Display con Gorilla Glass 6. Su bisagra 360º nos permite distintas configuraciones, pudiendo funcionar tanto como portátil como a modo de tablet, o abrirlo 180º para que quede plano, etc.
Sin tecnología no hay (tele)trabajo
Cuando hablamos de teletrabajo, nos referimos a trabajar en la distancia. Mientras lo habitual es acercarse a un lugar físico para desempeñar nuestras tareas profesionales, el teletrabajo te permite realizar esas tareas en cualquier lugar —incluso desde otro país, si puedes superar la diferencia horaria—.
Para ello la clave es en la tecnología. Gracias importantes avances como la masificación del acceso Internet y la enorme ganancia en velocidad, o los nuevos portátiles potentes y con elevadísimas autonomías, han permitido abrir un nuevo mundo de posibilidades para teletrabajar.
No todos los trabajos permiten esta modalidad a distancia, claro, pero sí la mayoría de ellos. Muchos de los que se realizan en una oficina y con un ordenador son perfectos candidatos. Esto, sumado a la necesidad de disponer de un entorno de trabajo conectado, supone la base esencial del teletrabajo: un buen portátil, una conexión a Internet y un espacio en el que sentirse a gusto.
Si los tienes, puedes teletrabajar. Si quieres hacerlo lo mejor posible, ¿cuáles son las mejores prácticas para conseguir los mejores resultados teletrabajando?
La rutina y los horarios
Trabajar desde casa puede parecer fácil, pero cuando lo pruebas por primera vez te das cuenta de las dificultades que surgen: distracciones o ruidos son las principales. Esto unido a la pereza que puede darte trabajar a unos pocos metros de la tele o la consola, o a los innumerables viajes cada poco tiempo a la cocina ‘a picar algo‘, puede complicar bastante las cosas.
El teletrabajo requiere de grandes dosis de rutina, que será diferente a la del trabajo, digamos, ‘tradicional’. Te ahorras los tiempos de desplazamiento al trabajo —que pueden ser varias horas todos los días—, lo que implica poder levantarse un poco más tarde, pero a cambio, debes marcarte unos límites claros para ponerte frente al ordenador y comenzar (y también para levantarte y cerrar).
Deberás encontrar la rutina que mejor te funcione, y con ella los horarios en los que más rindas. Hay gente que teletrabaja a partir de la media madrugada porque esas horas nocturnas son muy productivas; otros lo prefieren después de cenar durante ese rato antes de ir a dormir. Si puedes elegir, hazlo como mejor te convenga.
Lograr la máxima atención
La rutina ayuda principalmente a situarnos en ese estado de foco en el trabajo: las tareas que debes desempeñar, los emails que tienes que poner o las videoconferencias con éste o aquél. Contribuye a comenzar con buen pie.
Pero no lo es todo. Decíamos antes que teletrabajando te encontrarás con decenas de distracciones: si estás en casa, los ruidos de la calle, la persona de correos, o nuestros propios familiares (niños y niñas, pero también cónyuges); si estás en cualquier otro lugar público (cafetería, estación, aeropuerto, etc.), el tránsito de las personas, las conversaciones de otros, cosas que antes eran anodinas y que, de repente, se transforman en algo absolutamente cautivador… en comparación con esa tarea que tienes en la pantalla del portátil.
Es completamente esencial buscar el foco y lograr la máxima atención. Para ello, haz todo lo que esté de tu mano para no despistarte con cualquier mosca que revolotea por ahí. Prueba a usar tapones o auriculares (con la música que te guste, la radio, o con música relajante), o a ubicarte en un lugar en el que el ruido externo sea lo menos perceptible posible. Bares o cafeterías, terrazas o bibliotecas puede que no sean lugares ideales si hay un ruido ambiente por encima de lo que puedas tolerar.
Lo bueno de tener un portátil es que no necesitas un lugar específico para teletrabajar con él; de hecho, cada día puedes estar en un sitio diferente, si es que esto es lo que te gusta. Ayuda también tener una batería capaz de proporcionarte la mayor duración posible, como la del LG gram: hasta 21 horas de autonomía que te permitirán cubrir varios días de jornada laboral, y aún tendrás energía suficiente para irte a dormir con tu serie favorita.
Haz lo que necesites, donde quieras
Hay trabajos tremendamente exigentes para el ordenador, que necesitan que la máquina proporcione un extra de rendimiento por encima de lo más cotidiano. Edición de imágenes y fotografías, procesos de diseño digital, y en general, las tareas propias de profesiones como productores de vídeo, creadores, Youtubers… Todos ellos necesitan potencia para que sus rutinas no se eternicen, así como una batería solvente que aguante los embistes de todos estos programas.
Potencia que en portátiles como el LG gram se demuestra, además de con la autonomía de hasta 21 horas que ya hemos mencionado, con una serie de componentes de última generación capaces de poder con cualquier software que se ponga por delante.
El hecho de tener un portátil para teletrabajar te permitirá además moverlo donde necesites. Si vas a cliente podrás enseñarle tu trabajo; si tienes un día más tranquilo, puedes bajar a un parque a trabajar y de paso descansar un poco. Lo que necesites, allá donde quieras.
Tu trabajo, tu espacio
Uno de los principales errores a la hora de trabajar, sobre todo desde casa, es no crear un entorno adecuado para esta actividad. Cuando trabajas debes tener tu propio espacio, reservado en exclusiva para tus obligaciones laborales sean en el momento que sean.
Mesa, silla, pantallas adicionales, accesorios y periféricos, cajones y cajoneras, etc. El diseño y la decoración de tu espacio de trabajo también es importante para redondear la experiencia, incluyendo aspectos de diseño y mobiliario.
Ante todo, sentirte cómodo y a gusto. La estética juega un papel importante en este sentido. Si tu escritorio es un desastre, no solo tardarás más en encontrar las cosas, además supondrá una fuente considerable de distracciones. Y no solo eso: está demostrado que los entornos desordenados pueden afectar nuestras capacidades cognitivas, emocionales y reducen nuestra habilidad para concentrarnos. Así que si notas que te cuesta ponerte con tareas que en la oficina desempeñabas sin problema, echa un vistazo a tu alrededor. Quizá sea un problema de mera organización del espacio.
Más allá de tener un escritorio o área de trabajo limpio y en orden, es importante que nos rodeemos de objetos que nos gusten y nos transmitan una sensación positiva. Plantas y pequeños objetos decorativos pueden ayudarnos en esta labor, aunque siempre vigilando que sean los menos y que nos dejen espacio para poder revisar documentos o tomar notas.
La nueva gama de portátiles ultraligeros LG gram, de líneas minimalistas y con acabados premium, y disponibles en varios tamaños, como veíamos al inicio de este artículo, cumple sobradamente con estas pautas estéticas.
Un usuario en tu portátil solo para trabajar
La tecnología nos permite trabajar y disfrutar del ocio y el tiempo libre. Internet, páginas web, series, películas y también videojuegos, suelen ser contenidos a los que accedemos a través del ordenador, pero que no es recomendable tener cerca cuando estamos trabajando.
Es ideal que el portátil con el que trabajemos sea sencillamente esto, el equipo de trabajo. Como esto no siempre es posible, existe una opción que funciona en la mayoría de ocasiones: crea una cuenta de usuario en Windows específica para trabajar. En ella, instala los programas que necesites y restringe el uso de otras aplicaciones, por ejemplo videojuegos. De esta forma lo pondrás un poco más difícil a eso de procrastinar, aunque no imposible: seguirás necesitando fuerza de voluntad, sobre todo en los primeros días.
Esta solución, además, te permitirá aprovechar todo el potencial del LG gram, más allá del trabajo, para lograr la máxima versatilidad. Juegos, multimedia, música o editar tus propias fotos o vídeos es algo que seguirás pudiendo hacer a la máxima velocidad pero, eso sí, mejor desde una cuenta que no sea desde la que trabajas.
Imágenes | LG