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El principio y el final del año tecnológico se mide con dos eventos: todo empieza con el Consumer Electronic Show (CES), en Las Vegas, y termina con la Feria Internacional de Berlín (IFA). Son las dos casillas clave donde las empresas se visten de gala y apuestan sus mejores cartas.

En 2018, la tecnología OLED y la inteligencia artificial volvieron a dominar el apartado televisivo en ambas ferias. Ya en pleno 2019, los paneles 4K (y 8K) OLED siguen siendo el común de la gama. Nos hemos pasado 10 horas manejando una. Con la voz. Así que vamos a repasar las ventajas de estos televisores y cómo la IA está conquistando estos dispositivos.

Características:

  • MÁS FINO: Con su diseño “wallpaper” fino como el papel que podrás “pegar a tu pared”
  • MÁS NEGRO: Debido a la ausencia de retroiluminación obtendrás el único negro puro imposible de conseguir en otras tecnologías
  • MÁS COLOR: No hay colores como los de OLED. Tiene el 100% de espacio DCI-P3

Un mercado en crecimiento

Los paneles OLED han ido haciéndose un hueco en otros dispositivos más allá de los televisores y los smartphones. Hoy los encontramos también en tablets, wearables y otros equipos profesionales. El suyo es un mercado en claro crecimiento. Según el informe más reciente de IDTechEx Research, las ventas de tecnología OLED alcanzarán los 25.500 millones de dólares a finales de este año. Y las cifras se duplicarán en los próximos cuatro.

Dentro del apartado televisivo, LG sigue siendo el fabricante de referencia. Este año, ha puesto en el mercado más de dos millones de televisores OLED, unos dos tercios del total. Si lo comparamos con los 220 millones de televisores que se venden en el mundo cada año, la tecnología punta de los paneles OLED todavía no domina el mercado. Pero, poco a poco, va conquistando al consumidor gracias a sus ventajas.

Las claves de la tecnología OLED en 2019

Las cuatro siglas que componen OLED significan, en español, diodo orgánico de emisión de luz. La principal característica de los televisores OLED sigue siendo los diodos orgánicos que componen su panel. Estos son capaces de emitir luz por sí mismos mediante electricidad, con lo que no necesitan una fuente de iluminación adicional. Es decir, no requieren una unidad de retroiluminación como el resto de tecnologías.

Esto nos lleva directamente a la principal ventaja de la tecnología OLED: el negro puro. O, al menos, el negro más puro que hemos visto hasta el momento. En los paneles con retroiluminación, las zonas negras y más oscuras de la imagen siempre tienen un tono más o menos grisáceo. En los OLED, esto se evita mediante el control individual de cada diodo orgánico.

Cada diodo se corresponde con un píxel en la imagen. En total, ocho millones de píxeles conforman un panel 4K. Así que, si se trata de mostrar el color negro, ese píxel simplemente se apaga. Es decir, los televisores OLED muestran ausencia de luz cuando quieren mostrar negro. Como consecuencia, cuanto más puros sean los niveles de negro, mayor será la calidad y la profundidad de la imagen y más brillantes y reales lucirán el resto de colores.

Por último, el control individual de los píxeles y la ausencia de retroalimentación mejoran los ángulos de visión de los paneles OLED. Gracias a que los píxeles están muy cerca de la superficie del panel, se elimina el efecto de obturación de la pantalla. Esto supone que los televisores OLED aseguran la misma experiencia de visualización desde ángulos de hasta 180º. Así, aunque nos movimos por la habitación, la imagen no perdía calidad.

Otra de las consecuencias de construir un panel mediante una fina capa de componentes orgánicos capaces de iluminarse por sí mismos es, precisamente, la delgadez y la flexibilidad de las pantallas. Gracias a la tecnología OLED, tenemos paneles de 88 pulgadas, como el televisor 8K presentado por LG en IFA, con una diagonal de más de dos metros y un grosor de pocos milímetros. Además, la tecnología OLED es clave en los primeros paneles flexibles del mercado.

Uno de los grandes beneficios de las pantallas OLED, aunque suele pasarse por alto, es su tiempo de respuesta. Es decir, la velocidad de cada píxel para cambiar de color. Cuando mayor sea este tiempo, más posibilidades tenemos de que el televisor muestre una imagen ligeramente desenfocada, sobre todo en retransmisiones con mucho movimiento (como deportes o videojuegos). En pleno 2019, los paneles OLED ofrecen el menor tiempo de respuesta del mercado, con frecuencias de refresco máximas de hasta 100 kHz.

HDR, inteligencia y un nuevo motor de imagen

Más allá de las ventajas generales de la tecnología OLED, LG introdujo en 2018 una serie de novedades en su gama de paneles OLED. Para mejorar la experiencia televisiva, las pantallas OLED de LG incorporan HDR. La tecnología de color de alto rango dinámico permite que el televisor genere más niveles de intensidad (es decir, más contraste y nivel detalle). Esto lo hemos notado, sobre todo, en las zonas más luminosas y más oscuras de la imagen. Los televisores OLED de LG soportan todos los estándares de esta tecnología: Dolby Vision, Advanced HDR (Technicolor), HDR 10 Pro y HLG Pro.

Además, las pantallas OLED de LG cuentan con tecnología de sonido inmersiva de Dolby Atmos. Esta logra crear un sonido de 360º captando los movimientos de los objetos en escena. Es capaz de crear objetos sonoros en tres dimensiones que acercan la experiencia cinematográfica al salón.

 

Pero la gran diferencia en la gama OLED de 2018 la marcó un chip. El Alpha 9, con potencia para procesar datos de hasta 14 bits, es el verdadero director de orquesta de los televisores OLED de LG. Su función es la de analizar, limpiar y mejorar cada imagen.

El Alpha 9 es capaz de ejecutar hasta cuatro pasos para reducir el ruido de la imagen (Quad-Step) y acentuar los bordes de la imagen y destacar los detalles más finos. Además, ajusta la colorimetría con más exactitud e identifica los primeros planos y los objetos en movimiento otorgándoles un tratamiento destacado. Y es capaz de trabajar con señales de hasta 120 fotogramas por segundo (HFR o high frame rate).

Lo que está claro es que la clave reside en la inteligencia artificialLa IA real ha aterrizado también en los televisores de la mano del sistema webOS 4.0 de LG equipado con ThinQ™ y Google Assistant. Esta es la tecnología que nos ha permitido hablar con la pantalla para cambiar de canal o mejorar la configuración de imagen, obtener recomendaciones de contenido, conocer la información meteorológica o controlar la domótica del hogar.

Los Smart TV de LG son los únicos que incluyen inteligencia artificial real, lo que convierte el televisor en el centro de mando del salón. Mediante una conversación natural, la pantalla es capaz de recomendar experiencias, podemos acceder a las ventajas de Google Assistant (búsqueda de información online, Google Fotos, etc.), añadir hielo a la lista de la compra o emitir información sobre el último partido de baloncesto de nuestro equipo preferido.

En definitiva, 2018 transformó los televisores OLED en algo más que en píxeles orgánicos capaces de conquistar el ojo humano con el ansiado negro puro. Más potencia de procesamiento de imagen, mejor sonido y los primeros signos de inteligencia han marcado un año de crecimiento para la tecnología OLED y señalan el camino hacia un futuro inminente cargado de novedades.

Imágenes | Unsplash/Tyler LastovichAlexandre Debiève, LG